El orgasmo es uno de esos temas de la sexualidad que más curiosidad despiertan… y también más dudas..
Muchas personas creen tenerlo clarísimo, hasta que aparece la pregunta:
“¿Y si nunca lo tuve?”
“¿Cómo sé si fue un orgasmo o simplemente mucho placer?”
Si alguna vez te hiciste estas preguntas, no sos la única. Vamos a desmenuzarlo juntas...
De verdad lo sabría si tuve un orgasmo?
Hay quienes dicen que cuando llega, lo sabés. Que es tan intenso y tan único que no deja margen de duda.
Algunos profesionales incluso lo comparan con estornudar: o pasa, o no pasa. Pero cuando pasa, lo sentís con claridad.
Yo lo comparo con ver una estrella fugaz, tenia dudas hasta que reamente vi una!
Pero aun así, la duda es muy común.
Y tiene sentido.. el orgasmo es una experiencia física, mental y emocional que no siempre se manifiesta igual.
Si a eso le sumamos una educación sexual escasa o cargada de mitos, la confusión está servida.
Por eso, hoy vamos a repasar qué es realmente un orgasmo, cómo reconocerlo, qué tipos existen y qué podés hacer si nunca lo experimentaste.
Qué es realmente un orgasmo?
El orgasmo es la respuesta más intensa del cuerpo ante la excitación sexual.
Ocurre cuando la tensión acumulada llega a su punto máximo y se libera mediante una combinación de reacciones:
- contracciones musculares involuntarias,
- liberación de placer,
- y una sensación global de descarga y alivio.
Podríamos decir que es una “mini explosión” de placer que dura segundos, pero impacta tanto en el cuerpo como en la mente.
Y no siempre se siente igual.. puede variar según el momento, la conexión, la estimulación o el nivel de confianza con vos misma o tu pareja.
Cómo saber si tuve un orgasmo..
No siempre se siente como en las películas ni tiene que venir acompañado de gemidos o movimientos espectaculares.
Pero hay cinco señales claras que pueden ayudarte a identificarlo:
- Contracciones involuntarias del suelo pélvico (se dan tanto en hombres como en mujeres).
- Sensación de calor o descarga corporal, como una ola que nace en la pelvis y se expande por todo el cuerpo.
- Aceleración del ritmo cardíaco y la respiración.
- Breve desconexión mental (la famosa petite mort), ese instante en el que no pensás en nada (esta es mi sensación favorita).
- Relajación profunda después del clímax. Algunas personas se duermen, otras sienten una energía repentina, pero en todos los casos hay un cambio claro de estado.
Si no se cumplen todas estas señales, es posible que hayas sentido mucho placer o excitación, pero no un orgasmo completo.
Aunque… no siempre la teoría encaja con todas las vivencias y tmb podes sentir mas de una y menos de otra..
No todos los orgasmos son iguales!!!!!!
A finales de los años 70, la sexóloga Helen Singer Kaplan propuso una idea revolucionaria: no todos los orgasmos son “explosivos”.
Según ella, existen dos grandes tipos:
Orgasmo pico
Es el clásico: el de la “explosión” que corta la tensión de golpe, con un antes y un después muy claros.
Suele venir acompañado de una descarga fuerte y breve.
Orgasmo meseta
En lugar de una descarga inmediata, este se basa en mantener un nivel alto de excitación durante más tiempo.
El placer se siente como oleadas suaves, sostenidas y acumulativas, que pueden prolongarse o repetirse varias veces seguidas.
Algunas personas lo describen como un “orgasmo prolongado” o incluso un estado de éxtasis.
Así que si alguna vez sentiste placer intenso pero sin ese “clic” final, tal vez no te faltó el orgasmo… sino que viviste otra de sus formas.
Qué hacer si nunca tuviste un orgasmo?
Si después de leer todo esto sentís que nunca llegaste a tener uno, no te alarmes.
No significa que haya algo “mal” con vos, pero sí puede ser momento de explorar y conocerte mejor.
La buena noticia es que la sexualidad también se aprende y se entrena.
Algunos pasos que podés empezar a dar:
- Seguí informándote. Cuanto más conozcas tu cuerpo y cómo funciona, más fácil será conectar con el placer real.
- Explorate sin culpa. La masturbación es una herramienta de autoconocimiento, no un tabú. Descubrí qué ritmo, presión o zonas te generan más disfrute.
- Probá diferentes estímulos. Cambiá posiciones, proba distintos tipos de lubricantes, juguetes, velocidades o temperaturas. La variedad despierta nuevas sensaciones.
- Comunicate con tu pareja. Decir qué te gusta o qué te genera duda no solo mejora la experiencia, también fortalece la conexión.
- Pedí ayuda profesional si lo necesitás. En terapia sexual podés aprender a conectar con tu cuerpo, liberar bloqueos y entender tu deseo sin juicios.
y una última reflexión
Recordá que no hay una forma correcta de tener un orgasmo.
Tampoco hay una obligación de tenerlo cada vez que tenés relaciones o te tocás.
Las mujeres crecimos pensando que el placer era algo que se daba o se recibía,
no algo que podíamos construir.
Y SI.. hacerse cargo del propio placer lleva mucho más trabajo que dejarlo en manos del chongo o de la pareja, pero si pasamos la vida dependiendo de un otro para disfrutar, jamás vamos a poder ampliar nuestra capacidad de placer.
No se trata de ser expertas, ni de rendir en nada.
Se trata de conocerse, explorarse
y animarse a habitar la sexualidad sin culpa, sin vergüenza y con libertad.
Si no lo sabías, te lo digo:
tu sexualidad te da poder.
y es momento de que te la apropies.
Conocerte, explorarte y saber qué te gusta es tu responsabilidad.
Porque si vos no lo sabés.. no hay forma de que puedas comunicárselo a quien elijas vincularte.
El placer no se mide solo por el clímax, sino por la conexión con vos misma, la entrega y el disfrute del proceso.
En el universo GEMA creemos que conocerte, escucharte y conectar con tu cuerpo también es bienestar.
El placer no es un objetivo, es un camino. Y ese camino empieza por vos.
